¿CÓMO SE HIZO?
El trastorno por déficit de atención/ hiperactividad (TDA/H) es una alteración de origen neurobiológico que comienza cuando los niños son pequeños y se caracteriza por inatención, hiperactividad e impulsividad. La probabilidad que existe de que este proceso se desarrolle es mayor en los niños.
Que los casos aumenten puede ser debido a causas genéticas, nuevos métodos de ocio y la ampliación de los criterios de diagnóstico. Se puede tratar con medicación o terapia psicológica, conductual y psicoeducativa, según el profesional. Muchos de ellos piensan que los fármacos solo encubren los síntomas, no curan.
En las personas con TDA/H se produce un hambre de estímulos debido al ansia de multitarea, que termina con un comportamiento agitado e impaciente y dificultad para centrarse de forma prolongada.
Nuestros objetivos son:
-Realizar un estudio sobre casos con TDA/H en nuestro instituto.
-Comprobar si una sobre estimulación a través de la música ayudaría a mejorar la capacidad de concentración en tareas individuales.
Como hipótesis 1 tenemos un aumento, en los últimos años, debido a la proporción de alumnos diagnosticados. Mientras que la hipótesis 2, se muestran más concentrados, con atención y comportamientos menos disruptivos al escuchar música.
Para abordar el primer objetivo, se dispuso de listados de alumnos con necesidades educativas especiales del centro desde el curso 2013-2014 hasta el presente 2020-2021. Sin nombres, pues la información sobre diagnósticos es confidencial. Para ello, el profesor coordinador pidió al Departamento de Orientación los listados y la información pertinente, de los que eliminaron los datos personales como nombres o números de identificación. Nosotros sólo manejamos listados con diagnósticos, pero sin saber a quienes correspondían. De ellos, extrajimos la información cuantitativa para realizar el estudio.
Para el segundo objetivo y a fin también de mantener la confidencialidad en el diagnóstico, no tratamos con los alumnos ni con sus nombres ni con ningún medio que permitiera identificarlos. Las gestiones de organización y las entrevistas con los alumnos diagnosticados con TDA/H fueron llevadas a cabo por el profesor coordinador o por el orientador del centro. A través del Departamento de Orientación, se repartió una autorización a cada familia para que los padres o tutores legales de los adolescentes accedieran o no a colaborar en este proceso. Los alumnos con TDA/H participantes dieron su consentimiento personal, además de contar con el de sus padres o tutores legales. Algunos de los alumnos diagnosticados con TDA/H resultó que no sabían que estaban diagnosticados como tales, así que se cuidó, por parte de orientador y coordinador, de no revelárselo. Esos alumnos se excluyeron del estudio directamente.
El orientador y el profesor coordinador también explicaron a los tutores y profesores en qué consistía la intervención y, de forma voluntaria, estos acordaban participar o no en ella. Debían dar permiso a los alumnos para colocarse los auriculares y escuchar música en el momento en que realizaran tareas en clase de forma autónoma, no durante las explicaciones, tareas grupales u otras actividades interactivas. Debían también recoger observaciones para valorar si realmente los niños mostraban una mejora en las variables a observar y hacérselas llegar al profesor coordinador y a nosotros, a través del Departamento de Orientación.
En cuanto a la música que escucharían, se barajaron varias opciones. Se propuso crear listas de reproducción con distintos tipos de música. Incluso se barajó el que usaran toda la misma aplicación. Pero las plataformas de reproducción gratuitas incluyen publicidad y no podíamos crear una cuenta de suscripción que usaran todos simultáneamente. También teníamos que cuidar de que se usaran las aplicaciones correctamente y la música se escuchara de forma legal. Finalmente se optó por dejar que los propios alumnos eligieran su música, la que les resultara agradable o significativa. Y en cuanto a aplicaciones, el coordinador se entrevistó con los alumnos participantes y acordaron usar sus cuentas en sus propias suscripciones (todos tenían) a diversas plataformas de reproducción que eran las que usaban habitualmente.
Han sido muchas las dificultades para organizarlo todo, pues debían observarse muchos detalles, hablar con mucha gente entre profesores, alumnos, etc. y el protocolo debía ser impecable en lo que a confidencialidad se refiere. Algunos niños, además, a última hora no presentaron autorización. Al parecer más por dejadez que otra cosa. Otro parece que presentó problemas de absentismo, según informaron los profesores al coordinador. Participaron finalmente 5 alumnos de distintos niveles de ESO y FPB (FP Básica) y las observaciones se recogieron durante 5 semanas.
Observando los resultados que hemos obtenido, nuestras dos hipótesis son ciertas. Respecto a nuestra intervención en alumnos de ESO, los profesores han contemplado una mejoría general en su comportamiento y eficacia en tareas.
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